A simple vista se parecen mucho, por lo menos para el ojo inexperto. Que si calamar, pota, sepia, chipirón, choco, jibia...En Rías Atlánticas vamos a tratar de ayudarte a diferenciar todos estos moluscos cefalópodos, con un peso además muy importante en nuestra gastronomía. Más adelantes os explicamos todo con más calma pero el resumen sería el siguiente: 1) Calamar -cuando son pequeños chipirones-, 2) Pota y 3) Sepia o Choco o Chopo o Jibia (en España).
El
calamar, es un molusco marino con cabeza
provista de tentáculos y que presenta una bolsa de tinta comestible de
uso culinario. Los ejemplares de pequeño tamaño, es decir, los más
jóvenes, reciben el nombre de chipirón. En su interior presentan una
concha llamada pluma, de naturaleza córnea, que proporciona al animal
consistencia y que interviene en su movimiento. Cuando está vivo, su
cuerpo es casi transparente y puede presentar distintas tonalidades, con
frecuencia rosáceas, con un moteado pardusco en el dorso, y con la zona
ventral y los laterales lisos. Su longitud media es de 15 a 25
centímetros, si bien puede medir hasta 30-40 centímetros. Esta especie
se localiza por lo general en aguas poco profundas, aunque también los
hay que habitan a grandes profundidades. El calamar común se distribuye por el
Atlántico, desde las costas noruegas hasta las islas Canarias, y en la
costa occidental del Mediterráneo. Las capturas se llevan a cabo durante
todo el año. Además del calamar, se pueden adquirir en los mercados
otras especies como el calamar patagónico (Loligo patagonica),
procedente del sur de América y de menor tamaño y calidad gastronómica
que el común; el calamar gigante o veteado (Loligo forbesi), de mayor
tamaño que el común, con un peso de hasta 2 kilos, abundante en el mar
del Norte y en el golfo de Vizcaya; el calamar americano (Loligo
pealei), la especie más común de América del Norte; y el rabón (Loligo
marmórea o Allotheuthis subulata), conocido como pito, camarín o camarín
picudo, localizado en el Atlántico.
A
las potas también se las llama calamares voladores o luras. Son unos
cefalópodos similares en apariencia al calamar, pero de menor calidad
gastronómica. Su cuerpo es alargado, presenta una concha interna o pluma
y una bolsa de tinta de color pardusco. Su coloración externa es clara,
salpicada con pequeñas manchas de color violáceo que se oscurecen
cuando se saca al animal fuera del agua. Por lo general, los ejemplares
del Mediterráneo son de menor tamaño, de entre 20 y 25 centímetros de
largo, que los del Atlántico, que pueden llegar a medir 75 centímetros.
Otras especies conocidas de su misma familia son el volador (Illex
coindetti), de menor tamaño que la pota común), y la pota argentina
(Illex argentinus), de muy buena calidad.
La sepia común, conocida en España también como jibia, es un cefalópodo de unos 20 centímetros de largo que habita en fondos costeros con presencia abundante de algas. Su cuerpo es oval, gris-beige, con reflejos malvas. Es ligeramente aplanado y la cabeza está provista de 10 tentáculos irregulares, de los que 2 se distinguen por su largura. El cuerpo, casi rodeado por completo de aletas, presenta en su interior una parte dura o concha de naturaleza calcárea y en forma de quilla. Al igual que otros cefalópodos, cuenta con una bolsa de tinta. Se localiza en el Atlántico y Mediterráneo, en especial cerca de las islas Canarias. Otras especies comestibles que se pueden adquirir son: choquito picudo o chopito o choquito (Sepia orbignyana), de menor tamaño que la común; castaño (Sepia elegans), de coloración parda o castaña; rosia (Rossia macrossoma), llamada también choco o chopito o globito, de coloración sonrosada con el dorso azulado; globito o sepiola (Sepiola rondeleti, procedente del Mediterráneo) y sepiola de hondura (Sepiola atlántica), procedente del Atlántico, sobre todo del canal de La Mancha.
Fuente: Lolacocina y GatronomíayCia
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