En Rías Atlánticas ya sabéis que nos gusta hablar de todas aquellas cosas que tienen que ver con nuestro mundo, que no es otro que el del mar y la pesca. Hoy, sin embargo, no vamos a hablaros de recetas, ni de cómo diferenciar el marisco o el pescado gallego del resto, hoy vamos a hablaros del orígen de una expresión que todos usamos más de lo que nos gustaría y que, cómo no, tiene mucho que ver con el mundo del mar: "Salvarse por los pelos".
Lo primero que debemos saber sobre "salvarse por los pelos" es que utilizamos esta expresión para indicar que nos hemos librado de una situación comprometida o arriesgada por muy poco, en el último momento. Para hablar de su orígen tenemos que remontarnos a principios del siglo XIX, concretamente al año 1809. En esa época reinaba en España el hermano de Napoleón Bonaparte, José I, conocido popularmente como "Pepe Botella".
Los cambios legislativos fueron una constante durante el breve reinado de José I y, uno de ellos, fue una Ley para lograr una mejor higiene, así como una uniformidad de aspecto, entre los marinos de la Armada. Uno de los apartados de esa nueva norma era la exigencia de un corte de pelo igual para todos los marineros, que por aquel entonces solían lucir largas melenas que incluso peinaban en trenzas o coletas. Esta norma provocó muchas protestas entre la marinería que llegaron incluso a concretarse en un motín. La razón de estos levantamientos fue que muchos de los marineros de la Armada, por aquel entonces, no sabían nadar y cuando, por algún motivo, caían por la borda era rescatados, en la mayoría de los casos, siendo cogidos por los pelos de su larga cabellera.
La frase, tal y como la conocemos, parte pues del lenguaje marinero que, aunque la usaba inicialmente en su sentido más literal, poco a poco fue utlizándola con el significado que le damos hoy en día.
Publicar un comentario