Las partes del pescado

En Rías Atlánticas nos gusta contestar a todas las preguntas que nos hacéis vía correo electrónico (riasatlanticas@riasatlanticas.com) o redes sociales y, muchas de ellas, tienen que ver con la "anatomía" de los peces. Por ello nos hemos decidido a hacer este pequeño "post" en el que os contamos las distintas partes de los peces. Lo primero que hay que pensar es que su anatomía está determinada por las características físicas del agua, mucho más densa que el aire, con menos oxígeno disuelto y una absorción mayor de la luz, así como por el componente evolutivo de cada especie. Siguiendo el mismo plan corporal que el resto de vertebrados, aunque con características propias según las familias y especies, su cuerpo se puede dividir en cabeza, tronco y cola.
 

CABEZA

La cabeza incluye el hocico, desde el ojo hasta la mandíbula superior, el opérculo o cubierta de las branquias (ausente en los escualos), y la mejilla. La mandíbula inferior define la barbilla. Los ojos son redondos, planos y grandes. Carecen de párpados y en algunas especies se desarrolla una membrana sencilla horizontal o dos verticales. El ojo es un órgano complejo muy similar al del hombre, situado normalmente a ambos lados de la cabeza, en algunas especies de fondo y superficie han evolucionado migrando a una posición superior e incluso dorsal, como es el caso de las rayas. El ojo está rodeado por seis músculos que le permiten una extraordinaria movilidad. La boca tiene como función principal la captura del alimento y la respiración haciendo pasar el agua a las branquias. El tamaño de la boca está relacionado con el tamaño de las presas, mientras que los dientes de los peces presentan una gran variedad de formas en relación con su dieta. Tienen corta duración y son reemplazados cuando se deterioran y caen, pudiendo encontrarse en una, dos o tres filas, según especies.

CUERPO

El cuerpo o tronco, es la parte del pez donde se alojan la mayoría de los órganos, además de las aletas pares, y llega hasta el ano. Presentan generalmente una morfología fusiforme (como la lubina) pero también pueden ser filiformes (como las anguilas), comprimidos lateralmente (como la dorada), deprimidos verticalmente (como el rape), o planos, que  son peces comprimidos lateralmente que nadan acostados sobre uno de sus flancos (como el lenguado).

Destaca en el tronco la llamada línea lateral, un órgano sensorial usado para detectar movimiento y vibración en el agua circundante. En la mayoría de las especies consiste en una línea de receptores a lo largo de cada lado del pez, alojados en un tipo de escamas especiales. El pedúnculo caudal es parte angosta que une al cuerpo con la cola.

Dentro de la anatomía interna del pez llaman poderosamente la atención dos órganos muy característicos: la vejiga natatoria y las branquias. La vejiga natatoria es el órgano que le permite controlar su flotabilidad y así permanecer en una posición fija en el agua, ascender o descender sin tener que gastar energía al nadar. Sin embargo, este órgano está ausente en peces de nado muy rápido, como la familia de los túnidos.

Las branquias son los órganos respiratorios del pez, que emplea para la extracción del oxígeno del agua y para la excreción de dióxido de carbono. Normalmente no son visibles, ya que están localizadas bajo el opérculo, pero pueden ser visibles en algunas especies como el tiburón.
El cuerpo externo de la mayoría de peces está cubierto con escamas, aunque algunas especies carecen de las mismas y no tienen cubierta externa sobre la piel. Son los llamados peces desnudos. En cualquier caso, la práctica totalidad de los peces están cubiertos por una capa protectora de secreción, que, además, les facilita su desplazamiento por el agua.

COLA Y ALETAS

Las aletas son miembros adaptados para la natación en los peces. Se trata de apéndices externos que actúan como estabilizadores, propulsores y como timón de dirección. En un pez apreciamos diferentes tipos de aletas, cumpliendo cada uno de ellos un cometido diferente, y su posición, forma y número nos sirven para clasificar las diferentes especies.

Aleta caudal: Es la aleta de la cola, y sirve para propulsar al pez.

Aletas dorsales: Están localizadas en la superficie externa. Sirven para proteger del balanceo y asistir en vueltas y paradas bruscas. Un pez puede tener hasta tres de ellas.

Aleta anal: Se localiza centralmente, en la superficie posterior al ano, y al igual que las aletas dorsales, sirven para estabilizar al pez durante el nado.

Aletas pectorales: Se ubican a cada lado del pez, justo detrás del opérculo. Una función peculiar de las aletas pectorales, altamente desarrolladas de algunos peces, es la creación de fuerza de elevación que, por ejemplo, ayuda a los tiburones a mantener la profundidad y permite el vuelo de los peces voladores, mientras que en otros peces, como los rubios, las aletas pectorales sirven de ayuda para caminar sobre el lecho marino.

Aletas pélvicas: Son también llamadas aletas ventrales, y están ubicadas en el vientre del animal. Principalmente las utilizan para estabilizarse ya que impiden el balance de arriba-abajo del pez.

Además de por la flotabilidad, la forma de nadar de los peces está determinada por la forma de su cuerpo y las aletas de las que disponen. Estos han ido evolucionando para obtener la menor resistencia hidrodinámica posible. Así, cuanto más hidrodinámico es el cuerpo del pez, menos resistencia ofrece al agua para desplazarse, lo que se traduce en un menor gasto energético.

La mayoría de los peces, especialmente los fusiformes, realizan movimientos ondulantes del tronco para desplazarse por el agua. Estos movimientos transmiten ondas desde la cabeza hasta la cola, por medio de la aleta caudal, impulsando al pez hacia adelante y venciendo la resistencia del agua. Otros peces, como las rayas, utilizan sus amplias aletas pectorales como si fueran alas, mientras que especies como la anguila serpentean para desplazarse. Otra peculiar forma de propulsión, como en el caso de algunos peces planos, consiste en  tragan agua por la boca y expulsarla con fuerza por las agallas.