Rollitos de Rape y Bacon


Otra de las recetas que en Rías Atlánticas consideramos de "casa" son estos rollitos de rape con bacon. Es una recera de segunda generación, que nuestras madres nos enseñaron y con las que nosotros hemos conseguido muchos éxitos. La receta es muy sencilla, tan sólo necesita algo de cariño y la mejor materia prima posible. Para el bacon no os vamos a hacer sugerencias pero para el rape, así como para cualquier otro pescado y marisco gallego de la mejor calidad, no dudéis en visitar nuestra web www.riasatlanticas.com.



ROLLITOS DE RAPE CON BACON:

Ingredientes (para 4 personas):

-2 lomos de rape
-16 lonchas finas de bacon
-Aceite de oliva virgen extra
-Sal
-Pimienta
-Perejil
Preparación:

Cortamos cada lomo de rape en cuatro rodajas y envolvemos cada una de ellas con dos lonchas finas de bacon. Podríamos emplear una única loncha de bacon cortada más gruesa, pero a nosotros nos gusta así. A continuación, y para evitar que el bacon se suelte del rape, lo fijaremos clavándole un palillo. Salpimentamos al gusto y reservamos.
 

En una fuente de horno echaremos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, pero no mucha cantidad, ya que tanto el propio rape como el bacon soltarán sus propios jugos, y serán estos los sabores que queremos potenciar en nuestro plato. Pondremos los rollitos en la fuente y los meteremos en el horno, precalentado a 150°C, durante ocho o diez minutos, dándoles la vuelta cuando haya transcurrido la mitad de tiempo, para que se hagan por igual en ambos lados.


Transcurrido este tiempo, retiramos del horno. En este punto, podríamos emplatar directamente, o bien marcarlos en la plancha o sarten para terminar de sellarlo.

Por último, emplatamos los rollitos y los acompañaremos con una guarnición al gusto. Nosotros nos hemos decantado en esta ocasión por una de lo más tradicional, unas patatas cocidas con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, pero casaría perfectamente con unas verduritas salteadas, un risotto, o cualquiera se os ocurra.



Si lo servimos junto con un vino blanco, bien fresquito (un Albariño, un Ribeiro o un Godello maridarían a la perfección) y buena compañía, ya solo nos queda disfrutarlo.